En la entrada de hoy voy a hablar sobre el tema de la
capacidad de crecimiento en los alumnos, de esta forma, trataremos como es el
desarrollo de los estudiantes hasta que se convierten en adultos comprometidos
que se preocupan de sus responsabilidades.
Durante décadas se han estudiado temas como la neurociencia,
la educación, el desarrollo o la psicología adolescente e infantil y que su
soporte y su apoyo en relaciones con padres, madres, profesores, determinan a
los niños durante su etapa escolar para adquirir un sistema de orientación personal
con caminos que los ayudan a que alcancen sus metas.
Para que los niños desarrollen su capacidad de crecimiento,
es necesario que tengan unas habilidades y un desarrollo positivo, estas
habilidades pueden ser desarrolladas en contextos diferentes.
- Curiosidad: los profesores debemos de nutrir esta habilidad para inspirar a los niños a identificar personas o a ellos mismos y a buscar respuestas a algunas preguntas que les causan un determinado interés. Los ayudamos también a reconocer los errores y el fracaso para que se lo tomen como una oportunidad para experimentar, explorar y descubrir. Les ayudamos a que entiendan distintos aspectos de un aprendizaje, ya sea tocando, oliendo, saboreando, y los incitamos a que perseveren en su búsqueda.
- Sociabilidad: promovemos en las aulas una habilidad cooperativa donde los alumnos aprenden a comprometerse con los demás. Gracias a esta habilidad, los niños expresan y entienden sus comportamientos y sentimientos de tal forma que facilitan sus relaciones con los compañeros y profesores, la comunicación es efectiva y autorregulada.
- Resiliencia: consiste en la habilidad de enfrentarse a los desafíos y superarlos, para promover su propio bienestar. Los profesores debemos contribuir a la resiliencia empujando a los alumnos a salir de su zona de confort, ayudándolos a crecer desde su errores y a sobrepasar obstáculos, de esta forma, aprenderán de los problemas que puedan encontrarse a lo largo de su vida.
- Autoconsciencia: tenemos que estimular la autoconsciencia de los alumnos comprometiéndolos en reflexiones sobre sus dilemas, creencias o valores, para que, a través de estos compromisos entiendan sus características sociales, emocionales o intelectuales para que desarrollen un potencial humano completo.
- Integridad: para modelar la integridad de los niños, necesitemos tener un trato constante y con respeto hacia los alumnos, escuchando sus opiniones y sus sentimientos.
- Ingenio: nosotros como profesores, debemos de inspirar a nuestros alumnos para que tengan ingenio a la hora de alcanzar sus objetivos, es decir, les enseñamos a ser estrategas y a que resuelvan problemas adaptándose a ellos.
- Creatividad: gracias a la creatividad, los niños son capaces de comunicar y de generar ideas, desarrollar la innovación y la imaginación. Para inspirarla, hay que trabajar con los niños temas como la poesía, la escritura, el arte o la fotografía y alabar a los niños por pensar temas que van más allá de los límites de la imaginación.
- Empatía: gracias a esta habilidad, los niños son capaces de preocuparse por los compañeros que tienen al lado y de cara al exterior, con la gente que los rodea, más allá de su interés. Hay que comprometerlos para que se involucren con las diferentes perspectivas que puede haber en el mundo y así sean capaces de ser serviciales y desarrollar su compasión por los demás.
Gracias a estas habilidades, los niños desarrollaran su
capacidad de crecimiento para que maduren con una serie de valores que les serán
de gran utilidad de cara al futuro. Los alumnos que hoy están en las aulas son
las futuras sociedades, encargadas de mantener y mejorar el mundo.
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